Existen en la red multitud de empresas que ofrecen la posibilidad de hacerse la web uno mismo de manera rápida, sencilla y, lo más importante, gratis. Incluso se pueden configurar algunas opciones para mejorar el posicionamiento (SEO). Pero, algunas de ellas no permiten que te lleves la web a otro servidor, puesto que está hecha con sus recursos. Otras incluyen en tu web su propia publicidad, a no ser que pagues por el servicio que te ofrecen. En general existen diversos inconvenientes, que dan la cara cuando el cliente se plantea abordar un proyecto más profesional. Y, en todo caso, es necesario dedicar un tiempo al aprendizaje de la aplicación y posterior contrucción de la web. Tiempo del que, en muchas ocasiones, no se dispone.

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Las redes sociales juegan un papel fundamental en nuestra estrategia de marketing, pero no sustituyen a un sitio Web. Son el mejor complemento. Ambos instrumentos, web y redes sociales, deben estar integrados para conseguir nuestros objetivos en cuanto a la difusión de nuestra marca y captación DE clientes o seguidores.

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Se podría pensar que una Web publicada es un producto acabado y, como tal, no necesitado de más atención. Sin embargo, nada más lejos de la realidad. No sólo porque en cualquier momento puede surgir un imprevisto (una opción que se haya desconfigurado en el servidor, por ejemplo) o resulte necesario incorporar un contenido puntual (un banner que anuncia un producto en oferta, una actividad que necesitemos publicitar, etc.). Sobre nuestro sitio web necesitamos llevar un seguimiento estadístico de visitas que nos permitirá reaccionar ante posibles implementaciones de programación.

Es fundamental disponer de un profesional al que poder acudir cuando surge algún problema. Y, a su vez, que esté pendiente de nuestro escaparate en internet.